Un treinteañero judío aficionado al vino blanco y a la marihuana, un escritor nifómano que ha perdido la inspiración o una antigua estrella del baloncesto venida a menos que se convierte en profesor y prostituto. Estos son los protagonistas de Bored to Death, Californication y Hung, los tres últimos éxitos de audiencia de la HBO, que ya han renovado para sendas nuevas temporadas.
¿Pero qué tienen estos tres perdedores que nos enamoran a nosotras y despiertan la envidia de ellos?
La principal cualidad del personaje principal de Hung es que es normal, yo diría además tirando a cateto. Un hombre que lo ha perdido todo, desde su casa hasta el respeto de sus hijos y que encuentra como única solución a sus problemas satisfacer el deseo reprimido de las aburridas señoras de Michigan. Pues eso precisamente, la normalidad con la que Ray Drecker (Thomas Jane) termina acogiendo siempre, en contra de sus propios intereses, a su PP (proxeneta-poetisa), papel interpretado por la maravillosa pero poco agraciada Jane Adams, nos hace quererlo un poquito y hasta llegar a respetarlo.
Siguiendo con los “colgados” hablemos de Hank Moody (David Duchovny). ¿Quién nos iba a decir a nosotros, los frikis del mundo, que el reprimido agente especial Fox Mulder (Expediente X) nos iba a salir tan promiscuo? Aunque lo de la X nos tenía que haber dado alguna pista. Hank tiene todos los vicios, se acuesta con todas las mujeres y sale mal parado de todas las situaciones, pero tiene principios. Es un tipo con encanto, buena gente en el fondo. A pesar de su facilidad para terminar siempre debajo de las faldas más inapropiadas, a todas en el fondo nos gustaría ser las dueñas de esas faldas y a todos estar bajo su piel, al menos por un ratito.
Y para completar este trío de truhanes, el aparentemente más débil, protagonista de Bored to Dead, Jonathan Ames (Jason Swartzman). Bajo esa fachada de pusilánime se esconde un verdadero héroe aspirante a asemejarse a sus ídolos literarios de novela negra. Evidentemente no lo consigue, ni bebe bourbon, ni fuma tabaco, ni se queda con la chica. Por el contrario es gran amante del vino blanco, la marihuana y tiene bastante poco éxito entre el género femenino. Este enclenque neoyorquino me ha conquistado por su valentía, su camaradería y su inevitable atracción hacia los problemas. Cuando la ocasión lo requiere no duda en enfrentarse a una pandilla de adolescentes un tanto agresivos para recuperar el monopatín de un pobre chaval indefenso. Si bien la perspectiva de acabar entre las sábanas de la mamá de la víctima del hurto puede haber influido en la voluntad de Jonathan, no le podemos quitar el mérito de semejante hazaña. Tampoco hay que despreciar su entusiasmo y ahínco a la hora de ayudar a su mejor amigo a rastrear su posible herencia genética, aunque esto implicara visitar a treinta parejas de lesbianas, unas más amables que otras, e interrogarlas para saber si acogían en su seno la semillita del citado coleguita.
Estas pequeñas heroicidades cometidas por Jonathan son las que me han hecho cogerle cariñito, sin olvidar, por supuesto la complicidad de otro antigalán como es su editor George Christopher, interpretado por Ted Danson, que al igual que hiciera Alec Baldwin con su papel de Jack Donaghy en 30 Rock, se ha reinventado a sí mismo y se presenta también como un excéntrico madurito de éxito, que además no teme entrar en contacto con su lado femenino (véase capítulo cinco de la primera temporada).
Si bien no son el mejor partido que una madre deseara para sus hijas, estos tres aspirantes a caballero me han conquistado irremediablemente. A mí, y la específica audiencia de la HBO, a ver que tal se les da con el resto del mundo.
¿Pero qué tienen estos tres perdedores que nos enamoran a nosotras y despiertan la envidia de ellos?
La principal cualidad del personaje principal de Hung es que es normal, yo diría además tirando a cateto. Un hombre que lo ha perdido todo, desde su casa hasta el respeto de sus hijos y que encuentra como única solución a sus problemas satisfacer el deseo reprimido de las aburridas señoras de Michigan. Pues eso precisamente, la normalidad con la que Ray Drecker (Thomas Jane) termina acogiendo siempre, en contra de sus propios intereses, a su PP (proxeneta-poetisa), papel interpretado por la maravillosa pero poco agraciada Jane Adams, nos hace quererlo un poquito y hasta llegar a respetarlo.
Siguiendo con los “colgados” hablemos de Hank Moody (David Duchovny). ¿Quién nos iba a decir a nosotros, los frikis del mundo, que el reprimido agente especial Fox Mulder (Expediente X) nos iba a salir tan promiscuo? Aunque lo de la X nos tenía que haber dado alguna pista. Hank tiene todos los vicios, se acuesta con todas las mujeres y sale mal parado de todas las situaciones, pero tiene principios. Es un tipo con encanto, buena gente en el fondo. A pesar de su facilidad para terminar siempre debajo de las faldas más inapropiadas, a todas en el fondo nos gustaría ser las dueñas de esas faldas y a todos estar bajo su piel, al menos por un ratito.
Y para completar este trío de truhanes, el aparentemente más débil, protagonista de Bored to Dead, Jonathan Ames (Jason Swartzman). Bajo esa fachada de pusilánime se esconde un verdadero héroe aspirante a asemejarse a sus ídolos literarios de novela negra. Evidentemente no lo consigue, ni bebe bourbon, ni fuma tabaco, ni se queda con la chica. Por el contrario es gran amante del vino blanco, la marihuana y tiene bastante poco éxito entre el género femenino. Este enclenque neoyorquino me ha conquistado por su valentía, su camaradería y su inevitable atracción hacia los problemas. Cuando la ocasión lo requiere no duda en enfrentarse a una pandilla de adolescentes un tanto agresivos para recuperar el monopatín de un pobre chaval indefenso. Si bien la perspectiva de acabar entre las sábanas de la mamá de la víctima del hurto puede haber influido en la voluntad de Jonathan, no le podemos quitar el mérito de semejante hazaña. Tampoco hay que despreciar su entusiasmo y ahínco a la hora de ayudar a su mejor amigo a rastrear su posible herencia genética, aunque esto implicara visitar a treinta parejas de lesbianas, unas más amables que otras, e interrogarlas para saber si acogían en su seno la semillita del citado coleguita.
Estas pequeñas heroicidades cometidas por Jonathan son las que me han hecho cogerle cariñito, sin olvidar, por supuesto la complicidad de otro antigalán como es su editor George Christopher, interpretado por Ted Danson, que al igual que hiciera Alec Baldwin con su papel de Jack Donaghy en 30 Rock, se ha reinventado a sí mismo y se presenta también como un excéntrico madurito de éxito, que además no teme entrar en contacto con su lado femenino (véase capítulo cinco de la primera temporada).
Si bien no son el mejor partido que una madre deseara para sus hijas, estos tres aspirantes a caballero me han conquistado irremediablemente. A mí, y la específica audiencia de la HBO, a ver que tal se les da con el resto del mundo.
3 comentarios:
Muy bueno, me ha echo mucha gracia lo de mulder y x files.. jejejeje... Pero es que no hay quien le diga que no a David.. MmmmmmmmmmMmmmmmmm...
Al final hay personajes que, aun sin ser muy considerados y delicados, se les coje mucho cariño.... Ejemplo: Dick Casablancas en Veronica Mars, a mí me apasionaba... Siempre me reía con él.. jejeje..
No he visto ni Hung ni Bored to Death, aunque las tengo descargadas... a ver si estas navidades dan tanto de sí como quiero...
Nivel altísimo... Gracias por los artículos.
Besos!!!
Te recomiendo que empieces por Bored to Death, Humg tiene sus momentos pero si tienes poco tiempo yo se lo dedicaría a la otra, lo de Ted Danson no tiene desperdicio.
Muchas gracias por todo.
XOXO
Yo ODIO Californication. La ví hasta el capitulo 4 y me parece lo peor. Hank Moody es irritante no me gusta nada, y su hija también lo es. La serie es muy "anda mira que malotes somos". Un cero vaya. Bored to death no me llama nada, tiene pinta de ser una gafapastada enorme... En cambio a Hung sí que le tengo muchas ganas. A ver si la compra algún canal de cable para emitirla doblada.
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